Una nueva revisión científica destaca el posible beneficio del CBD para personas con trastorno del espectro autista, aunque expertos piden más estudios rigurosos.
Una reciente revisión científica sugiere que el cannabidiol (CBD), un compuesto no psicoactivo presente en el cannabis, podría ayudar a reducir algunos de los síntomas asociados con el trastorno del espectro autista (TEA). Según los investigadores, el cannabis rico en CBD puede disminuir la ansiedad, mejorar el sueño y potencialmente favorecer las interacciones sociales, ofreciendo esperanza a familias que buscan terapias alternativas o complementarias.
La revisión, publicada en Frontiers in Psychiatry, analizó decenas de estudios sobre el efecto de los cannabinoides en personas con TEA. Aunque algunos tratamientos incluían THC —el compuesto responsable del efecto psicoactivo del cannabis—, los expertos destacaron el potencial del CBD por sus efectos calmantes y terapéuticos, sin causar alteraciones mentales.
Prometedor, pero aún no comprobado
Según datos de los CDC, uno de cada 36 niños en EE. UU. es diagnosticado con trastorno del espectro autista. A pesar de su creciente prevalencia, las opciones terapéuticas siguen siendo limitadas, especialmente en lo que respecta a los síntomas nucleares como las dificultades en la comunicación y los comportamientos repetitivos.
Los científicos detrás del estudio señalan evidencias anecdóticas y estudios clínicos preliminares que muestran mejoras en algunas personas tras el uso de aceites de cannabis ricos en CBD: menos crisis emocionales, mayor concentración y mejor calidad de vida. Sin embargo, advierten que la mayoría de los datos disponibles provienen de estudios pequeños u observacionales, no de ensayos clínicos controlados con placebo.
"El CBD está emergiendo como una herramienta potencialmente valiosa en el manejo de los síntomas del TEA", señalan los autores. "Pero se necesitan estudios más rigurosos para confirmar su seguridad y eficacia".
Las familias, al frente
El creciente interés por tratamientos con cannabis para el autismo proviene, en gran parte, de padres y cuidadores. En algunos estados de EE. UU., los programas de cannabis medicinal ya incluyen el TEA como condición elegible, permitiendo el acceso legal a aceites y extractos ricos en CBD.
Para muchas familias, recurrir al cannabis no significa abandonar los tratamientos convencionales, sino explorar nuevas posibilidades frente a desafíos persistentes. Algunos padres aseguran que el CBD ha reducido la agresividad de sus hijos, mejorado los patrones de sueño e incluso potenciado la comunicación verbal.
No obstante, la revisión llama a la cautela. Sin dosis estandarizadas, productos regulados y seguimiento médico constante, los resultados pueden ser variables. En algunos casos, se han reportado efectos secundarios como fatiga, cambios en el apetito o irritabilidad.
¿Qué sigue?
Los autores del estudio piden la realización de ensayos clínicos amplios, controlados y con placebo para entender mejor cómo interactúan el CBD y otros cannabinoides con el cerebro de personas con TEA. También subrayan la importancia de garantizar un acceso seguro a productos supervisados médicamente y de alta calidad.
Por ahora, el cannabis rico en CBD representa una frontera prometedora —aunque todavía experimental— en el tratamiento del autismo. Una opción que gana terreno mientras la ciencia trabaja para ponerse al día con el interés social.
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